lunes, 21 de enero de 2008

Feminismo o... ¿hembrismo?

Autor: Un hombre

Cada generación tiene unos rasgos caracterológicos que la distinguen por lo menos de la anterior y de la siguiente.
La mía, la nuestra, por lo visto y oído, es la generación llamada "machista". Una generación en la que en las familias acomodadas (porque en la clase trabajadora hay de todo y los roles en la pareja son por definición intercambiables), la mujer no gobernaba pero reinaba, no decidía pero influía, no gritaba pero se imponía, no trabajaba fuera de casa pero organizaba la familia, educaba y se cultivaba a sí misma. Esto lo ha venido haciendo así la mujer tradicional desde los tiempos de Adán. Y no le iría ido tan mal cuando, teniendo la clave de los cambios posibles para corregir el pensar de los hijos a través de la cercanía de su maternidad, no se ha decidido a hacer en la sociedad esos cambios psicológicos y de todo orden hasta hace poco más de una centuria en los países llamados libres, y un cuarto de siglo en España. Y no me refiero a la deseable equiparación jurídica y organizativa social, naturalmente, si no a la actitud que va más allá de lo legislativo y lo teórico.
En cualquier caso aceptamos que se nos tilde de "masculinistas", pero si se nos quiere seguir distinguiendo por el predominio, en nosotros y en relación a la pareja, de los genitales sobre el raciocinio, el movimiento que se opone y enfrenta al machismo no es el "feminismo": es el "hembrismo". Empezamos por que aspirar a dignificarse rebajando la entidad del oponente a lo genital, es una bajeza que la mujer bien nacida no se permite.
Ahora la mujer no sólo reina, también gobierna; no sólo influye, también decide; no sólo se impone, también grita... Ahora, ella lo es todo y lo ocupa todo. Tanto es, que el hombre se está batiendo en retirada, con los consiguientes costos biológicos y quizá genéticos que habrá que calcular. Si es el precio que se cobra la mujer por esa supuesta y larguísima postergación, también ella lo sabrá pues lo domina todo. Y tampoco me refiero a la odiosa cuestión de las cuotas... Allá ella, pero mucho me temo que el debilitamiento moral de la sociedad española ha empezado ya por su culpa. De todos modos, lo peor del feminismo hembrista es que imita lo peor del tipo de varón que persigue cervalmente: su modo vestir, su sexualidad exacerbada y su carácter. Por eso mismo, no puede ser convincente su causa, porque, primero, el feminismo hembrista piensa sólo en la hembra aisladamente considerada, segundo, porque si fuesen sinceras sus reivindicaciones se preocuparía más de acentuar las cualidades y virtudes específicas de la mujer (intuición, astucia e inteligencia serena no provocativa...), y tercero, porque no se empeñaría tanto en imitar los detestables rasgos masculinos procedentes de su mayor cantidad de testosterona.
El resultado de los extremismos a que está llevando la confrontación de género antes de que la violencia de género y que tantos estragos están ocasionando, se verá dentro de unas cuantas generaciones. Serán nuestros descendientes quienes deberán valorar si mereció la pena llevar tan lejos el predominio forzado de la hembra sobre el macho, y sin embargo no ser capaces esos movimientos de evitar las guerras ni de contribuir a la pacificación de la sociedad occidental y el debido respeto a otras culturas....
En cualquier caso lo dicho. Quédense las feministas al uso con su razón, con sus razones, acúsenme de misógino, de resentido, y de lo que quieran. Les reconozco su derecho a pensar como quieran, a insultar y hasta distorsionar torpemente sus aspiraciones y su filosofía de vida, pero les conmino a que abandonen de una vez la palabra "feminismo" para denominar un movimiento y actitudes que encierran exigencias de hembra frente al macho, no de mujer frente al varón.

Fuente:
http://barcelona.indymedia.org/newswire/display/70833/index.php

Un pollo entre tanta gallina!


El buscador más omnívoro del cyber-espacio ya se ha percatado de nuestra presencia, nuestra organización antifeminista combativa comienza a hacer su propio lugar a golpes de machete en la web, digito por digito, pixel por pixel, post a post, el combate contra la barbarie hembrista-feminista será dado, el triunfo será el despertar global de las conciencias masculinas.