domingo, 27 de abril de 2008

Un ‘after office’ poco convencional: sumarse a masivas fiestas sexuales

Por Agustina Larrea

Hay un horario en que el día definitivamente se desinfla. Los más ortodoxos prefieren salir de la rutina del trabajo y volver a la rutina del hogar. Hay otros que eligen tomarse una copa, caminar por ahí, despejarse, comprar compulsivamente objetos inútiles o terminar el día mirando televisión. Los miembros del Grupo Los Fiesteros detectaron que, donde todos ven un final, quizás haya un comienzo, otra cosa. Por eso, a partir de las 19.30, cada quince días, se reúnen en distintos lugares de la Capital para tener sexo grupal, sentir que son parte de una película porno o mirar a otros en acción.
Menem lo hizo”, dice entre risas Daniel, socio fundador del grupo. A fines de los 90 se quedó sin trabajo y tenía que ver qué hacía con su vida. “Me tomé un par de años sabáticos. No tenía mucho para hacer y recién empezaba el tema de Internet acá. Chateando conocí a un chico. Nos frecuentamos dos o tres meses y después surgió la fantasía mutua del sexo grupal. Pero yo buscaba un lugar donde ir, algo que ya estuviera armado. El me decía que con Internet era fácil convocar gente. Dicho y hecho.”
Después de un par de intentos fallidos (“no hubo afinidad entre los participantes, que eran alrededor de seis varones”), la tercera vez la convocatoria tuvo éxito. “Fue en abril de 1999, todos fueron invitados por Internet, los únicos que nos conocíamos éramos este chico y yo. Eso se repitió al mes siguiente porque yo me entusiasmé con el tema. Soy bastante obsesivo cuando hago las cosas: si esto funciona con seis, tiene que funcionar con más. Y la siguiente vez fuimos 12, 16, y así. Hacíamos una reunión por mes. Totalmente gratis, en nuestras casas o departamentos.
Cuando llegaron a reunir a más de 100 personas en una casa de Martínez, Daniel y el resto de los organizadores se preguntaron qué iban a hacer. Entonces, surgió la idea de trasladar las fiestas a boliches del circuito gay, especialmente cerrados para estas ocasiones. “Empezamos a cobrar una entrada, que en realidad no se llama así porque somos un grupo privado. Es una ‘contribución’. Cuando algún chico miembro del grupo escribe y dice: ‘No puedo ir porque no tengo plata’, le respondemos que venga igual. La idea es que vengan. Paguen o no paguen, a todos nos conviene que haya más cantidad de gente”, explica Daniel y agrega: “Aunque se hagan en estos lugares, las fiestas siguen teniendo el halo de club privado. No se pone un aviso comercial ni la puerta está abierta para que entre cualquiera. El que quiere ir debe anotarse en nuestra página de Internet”.
Con nueve años de existencia, el Grupo Los Fiesteros fue diversificando su propuesta. En la actualidad, tienen tres tipos de encuentros: reuniones de varones de entre 18 y 35 años, reuniones de varones mayores de 18 y sin límite de edad y fiestas mixtas.
En 2002 nacieron las fiestas mixtas. Nos contactamos con un grupo swinger y entre los dos decidimos juntar partes de los dos grupos, casi como la teoría de los conjuntos. Actualmente, van parejas swingers, mujeres solas, hombres heterosexuales solos, travestis, crossdressers, varones gays o bisexuales, todos mayores de 18.
Dentro de la gran variedad, según Daniel, casi todos asisten solos. “Como esto funciona como un club, adentro se terminan formando amistades. Se han formado parejas también, pero no es lo más común.” Hay una consigna que todos deben cumplir: en las reuniones hay que estar, como mínimo, en ropa interior. También hay encuentros nudistas. “De todos modos, permitimos siempre usar calzado. Hay gente que se lleva un par de ojotas, pero no es lo más aconsejable. También se puede llevar una riñonera, para tener a mano lo que uno quiere.
El horario de las fiestas no es arbitrario. Arrancan a las 19.30 porque mucha gente sale de trabajar a esa hora. “En Amsterdam hay reuniones similares pero arrancan a las 3 de la tarde. Tienen otra mentalidad: las hacen en pubs, ponen un cartel en la puerta que dice: ‘Hoy, reunión nudista’ y por ahí pasan chicos, familias, policías, y a nadie le importa”, cuenta Daniel.
Para ingresar a los encuentros de Los Fiesteros, la contribución es de 15 pesos, incluye un trago, guardarropa, preservativos toda la noche (provistos por la Coordinación Sida de la Ciudad) y cuidacoches en la vereda para los que van con auto.

El miércoles, parece que hubo baile
Pasaron las 10 de la noche, es miércoles y la ciudad apenas se entera de que el viento hizo que el otoño ahumado que está viviendo Buenos Aires se empiece a sentir con un “leve descenso de la temperatura”, como dictaba el pronóstico de la mañana.
Adentro del boliche de Almagro donde esta vez decidió reunirse el Grupo Los Fiesteros tampoco parecen haberse enterado. El primer paso es llegar a la entrada y dar el nombre, que sí o sí debe figurar en la lista. Una vez hecho este trámite, el recepcionista brinda a cada uno una bolsa de consorcio verde donde deberá poner sus pertenencias y, principalmente, toda su vestimenta. Ya en ropa interior, uno recibe el número con el que después podrá retirar sus cosas y tiene el pasaporte para ingresar. Se corre una cortina negra y se entiende que la fiesta empezó hace un buen rato: están todos animados, con el mínimo indispensable de ropa, las zapatillas de rigor, para poder circular con tranquilidad por el lugar: se respiran aires de mucha libertad. Al lado de la barra, una crossdresser le practica sexo oral a un hombre que debe superar los 50 años. Alrededor, más de diez personas los miran, con la misma excitación que le pondrían a un River-Boca. Al atravesar la pista, que está ocupada por una pareja de lesbianas que baila en topless, se accede a diferentes cuartos donde grupos de 4, 5, 6 personas tienen sexo en todas sus variantes. En un lugar sin reservas, también hay reservados. Desde allí suenan gemidos y apenas se ven sombras de tres o cuatro personas. Algunos miran, copa en mano.

Carta de Fernando Peña a Luis D´Elia

Enviado por el Camarada Alfredito

Luis D´Elía, mucho gusto.
Otra vez soy yo, Fernando Peña. No me presento porque ya me conocés y te encargás de presentarme solo: que me odiás porque vivo en San Isidro, porque soy puto, porque mi vida es así y asá.
Por suerte no estoy solo en tu odio: odiás a toda la gente que vos considerás –quisiera saber por qué- 'privilegiada', 'garca', 'oligarca' y en general, cualquiera de la clase media para arriba, es merecedora de tu odio. Inclusive distinguís por el color de piel. Por suerte soy pelado y castaño, si fuera rubio de ojos celestes sería más merecedor de odio todavía.
Yo quería pedirte perdón. Perdón por no ser como vos. No todos podemos ganar $ 13.500 mensuales sin trabajar, como vos. No todos tenemos chofer (tres choferes, si no me informaron mal), no todos tenemos 2 autos a nuestra disposición, no todos podemos romper una comisaría y que ni siquiera un fiscal te cite a declarar porque tiene miedo. Tampoco todos tenemos la suerte que tenés vos de manejar cientos de planes sociales para manipular a los pobres, de tener viáticos por $ 100.000 al mes, de tener fondos para “comunicación social” por $ 38.000 al mes. No todos manejamos gastos de protocolo por $ 30.000 al mes. No todos podemos pegarle a un ciudadano en la calle, cobardemente por la espalda (eso es de putos, te aviso), y al día siguiente estar sentado en el palco con la Presidenta, como ejemplo de ciudadano y civismo.
Ojalá pudiéramos, así seríamos como vos y no nos odiarías.
Perdón por ser diferente a vos. Es que algunos tenemos que trabajar ¿sabés? Vos pensá esto: la plata que ganás por mes sin trabajar, proviene de alguien que trabaja y paga los impuestos. De un maestro, de un laburante, de un “garca”, de un puto, de un pibe que vive en Barrio Norte, de un chacarero que vive en Santa Fe, de un kiosquero de Gonzalez Catán, y de mí, que laburo en una radio y pago mis impuestos.
Por eso te pido que no me odies ni me quieras matar (¿te acordás cuando dijiste que 'los mataría a todos'?) porque si nos matás, ¿de dónde va a salir la plata que cobrás por mes? ¿Cómo te vas a mantener? ¿Con qué te vas a comprar las propiedades que estás amasando? ¿Quién te va a dar laburo? ¿Cómo vas a pagarte los pasajes aéreos para saludar a Chávez y a Evo y al presidente de Irán, al que defendés?
Pensalo. Matar al que te da de comer no es buen negocio.
Te saludo,

Fernando Peña
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Esta carta debe recorrer todo el país y, porque no, el mundo. De hecho este mail me llegó desde Miami, así que ya está haciendo kms.
Es una vergüenza que este tipo se siente cerca de un presidente de una República !! Así empezamos, hagamos lo posible para que no sean cada vez más los que se suben a un palco o a una banca del Honorable Congreso de nuestra querida nación.
Divulguemos este mensaje !!