lunes, 9 de marzo de 2009

HABLEMOS DEL FEMINISMO Y SUS MENTIRAS MÁS CORRIENTES (PRIMERA PARTE)


Por Carlos Aurelio Caldito Aunión

Recuerdo que en mis años mozos, cuando yo militaba en el anarquismo, había una canción que decía algo así como “... todos nacemos iguales, la naturaleza no hace distinción... guerras no queremos, ni la explotación...” Y también había una máxima anarquista que decía: “a cada cual según sus necesidades, de cada cual según sus posibilidades...”

Pero, ¿De veras nacemos todos y todas “iguales”?

Somos muchos los que pensamos que ésta es una de las muchas falsedades enésimas veces repetida, por eso que comúnmente se denomina “izquierda política y sindical” (y también por parte de cierta “derecha progre”, todo hay que decirlo)

Este asunto es parecido a aquello que la generación de nuestros padres y educadores repetían hasta la saciedad de “yo educo a mis hijos por igual, les doy a todos lo mismo procuro no darle a ninguno trato de favor, no tengo preferencia por ninguno, los quiero a todos por igual...” Lo cual era absolutamente falso (pero había que decirlo para quedar bien...) pues no todos los hijos eran –son- iguales, ni todos necesitan, demandan, lo mismo, pues no todas las personas tienen las mismas necesidades... Quienes obraron así, en la generación de nuestros padres y abuelos, y quienes tienen por norma esa falacia, lo único que consiguen es maleducar, malcriar a sus vástagos, y conseguir producir en ellos enormes carencias de todo tipo.

El feminismo triunfante, subvencionado y políticamente correcto, nos vende una mentira semejante, una tremenda falsedad: las agrupaciones de mujeres (y las “secciones femeninas” de los partidos políticos, sindicatos, y demás ongs...) dicen que representan la causa –legítima- de las mujeres, que defienden “sus intereses”, que luchan por la “liberación de la mujer”... Decir esto, es lo mismo que decir que la totalidad de las mujeres es algo homogéneo. Es afirmar que todas las mujeres son iguales (por eso hablan de “la mujer”, y no de las mujeres) que todas las mujeres tienen los mismos intereses, las mismas aspiraciones, las mismas necesidades, son merecedoras de los mismos derechos... Pero, ¿realmente es cierto todo ello?

Basta con mirar un poquito a nuestro alrededor, para darse cuenta que esto es una completa estupidez. No todas las mujeres son iguales -afortunadamente- ni tampoco son las mismas sus circunstancias personales –desafortunadamente en muchos casos...- No todas las mujeres sienten igual, ni son de la misma opinión, ni tienen los mismos intereses, ni las mismas aspiraciones... Como tampoco los hombres son un todo homogéneo. La diversidad, la heterogeneidad, son lo común en el género humano (para bien y para mal)

Es obvio que la cotidianidad de una mujer, de eso que denominamos primer mundo, bien poco tiene que ver con la forma de vida de las que viven en esos otros segundo y tercer mundos... Como tampoco tiene nada de parecido la actual forma de vida de las mujeres “occidentales” con las de nuestras abuelas y tatarabuelas. Como tampoco es igual la vida de quienes viven en zonas urbanas y zonas rurales...

Lo que resulta alucinante es que haya que recordar estas cuestiones en pleno siglo XXI.

El actual discurso feminista es un cúmulo de falsedades, de insensateces, e incluso habría que hablar simple y llanamente de charlatanería, como en el caso de la astrología u otras seudo ciencias.

Los “grupos feministas” suelen afirmar –como un dogma de fe- que las mujeres están “sojuzgadas, oprimidas, marginadas, etc.", que hay una verdadera conspiración de lo que llaman “clases hegemónicas del patriarcado masculino, heterosexual e imperialista” contra ellas. E incluso, también afirman que las mujeres no tienen apenas acceso a las instituciones, que no se les permite tener capacidad de decisión, que no se las respeta, etc. Pero, ¿Todo ello es realmente cierto? La consigna feminista de que la "mujer española, europea, occidental" es una "víctima" impotente es una idea absolutamente absurda, que se ha ido imponiendo con machaconería, acabando por instalarse como un axioma que nadie se atreve a cuestionar…

La tozuda realidad es muy diferente:

- Las mujeres españolas viven, como media siete años más que los hombres.

- Las mujeres controlan de “facto” más del 80% de las rentas familiares y son ya más del 55% en la universidad.

- Las mujeres representan alrededor del 55% de los votos en cualquiera del las elecciones que se convocan en España, motivo por el cual difícilmente pueden las feministas afirmar que están siendo dejadas de lado en el proceso de toma de decisiones políticas…

- Las mujeres tienen a priori ganado, de manera sistemática cualquier contencioso referido a custodias de menores tras el divorcio.

- Las muertes ocurridas por accidentes laborales afectan escasamente a las mujeres (un 6% únicamente, el otro 94% es cosa de hombres)

- Sólo en el 35% de los crímenes violentos las víctimas son mujeres; pese a ello, el Parlamento ha legislado una normativa especial para castigar "la violencia contra las mujeres" como si ésta fuera un crimen más horrendo que el de "la violencia contra los hombres". (Este es un ejemplo de lo que la "igualdad" significa para el fundamentalismo feminista, esto en castellano se denomina trato de favor…)

- Dos de cada tres euros que el Sistema Nacional de Salud gasta, van destinados a las mujeres; e incluso, sin tener en cuenta los cuidados relacionados con la maternidad, las mujeres reciben más atenciones que los hombres. A pesar de ello las feministas siguen gritando que la salud de las mujeres está "descuidada"...

- De los 25 empleos peor considerados, teniendo en cuenta factores como salario, stress, seguridad y esfuerzo físico, 24 de ellos son predominantemente, si no son casi en su totalidad, masculinos. Evidentemente esto explica por qué los varones suelen ser más propensos a suicidarse (80%) Si tal como repiten hasta el hartazgo las feministas (que los hombres han planeado todo, de manera egoísta, para que el mundo en que vivimos sólo sea maravilloso para ellos, obviando totalmente las necesidades y los intereses de las mujeres) ¿tendría algo de verdad todo aquello de lo que hablábamos al principio? Por supuesto que no. Si se observa con las gafas apropiadas la realidad tal cual es, y no la caricatura, la imagen distorsionada que nos presenta el fundamentalismo feminista, y todos aquellos a quienes han acabado manipulando, lograremos ver una situación completamente diferente.

Las mujeres españolas, occidentales constituyen el grupo social con mayores privilegios de la historia de la humanidad, ostentando (o ¿tal vez detentando?) una capacidad de influencia, un grado de poder, de bienestar, y salud nunca antes conocidos,…

Platón en su libro "La República", firma que, para crear una Utopía eficaz, es necesario que ésta esté dotada de censura y de engaño, requisitos imprescindibles para obtener la virtud pública. Esto es lo que en castellano se llaman mentiras piadosas, la "Mentira Noble" de Platón.

El "Movimiento Feminista Políticamente Correcto" ha adoptado como estrategia, la "Mentira Noble" para conseguir sus objetivos. El feminismo utiliza la censura, mientras mantiene un aura de rectitud moral, “ética”, en la que subyace un profundo cinismo, cinismo que reina en el mundo académico y el gobierno, sin apenas disidencia-contestación.

Todo lo que el “academicismo feminista” enseña es realmente peculiar: Enseña una nueva versión de la Historia, diferente y repensada con respecto a la que se venía enseñando hasta ahora… El feminismo tiene una visión de la Ciencia que sólo asume de forma selectiva lo que le interesa de lo que se enseña en los departamentos de ciencia y, paradójicamente, con un enfoque no liberal de la moralidad, en la que una acción es correcta dependiendo de quién la realice. La visión del mundo creada por el feminismo contemporáneo tiene mucho en común con la de un ilusionista, que crea un escenario impresionante, que sólo es perceptible desde una determinado ángulo, y siempre y cuando todos los intentos de un estudio crítico sean abortados. Para más INRI, los hombres han ido interiorizando que es un gran pecado, una barbaridad, "atacar a las mujeres", incluso si esas mismas mujeres adoptan un discurso disparatado y delirante en su afán de atacar de forma virulenta a los hombres. Ni que decir tiene que el mayor fraude de esta “ideología”, es asumir que la agenda propuesta por las feministas, se realiza en verdad para beneficio de las mujeres. Si el feminismo fuera sinceramente liberador, promovería relaciones armoniosas entre ambos sexos y fortalecería la familia; sin embargo, la agenda feminista, al hacer lo contrario, perjudica a la mayoría de las mujeres, y por descontado a los hombres. Como resultado de una eficaz propaganda (todo hay que decirlo) divulgando falsedades y medias verdades, la gente de buena voluntad, la gente “educada” ha ido aceptando todo el discurso demencial del feminismo sin hacer apenas cuestionamientos…
continuará.
Fuente: http://blogs.hoy.es/masculino-en-positivo/2009/3/8/hablemos-del-feminismo-y-sus-mentiras-mas-corrientes-primera