sábado, 14 de junio de 2008

Las mujeres combaten el machismo desde el lenguaje

El lenguaje no es un conjunto de palabras fijas e invariables, sino un devenir social que cambia según las necesidades y las costumbres de los hablantes de cada época. Términos que hace años parecían descabellados, hoy se agregaron al diccionario y se incorporaron al uso común. Una de las polémicas que genera el lenguaje es el sexismo, y la tendencia a reflejar una sociedad machista. En España, la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, quiere imponer la palabra “miembra” como forma de enfrentar la intolerancia que todavía sufre la mujer, pero su propuesta sufre enormes críticas hasta de integrantes de la Real Academia. En la Argentina, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner impuso desde su llegada al poder su deseo de que su cargo se nombre en femenino, como un modo de dejar en claro su condición de mujer. Pero mientras la palabra presidenta, al igual que magistrada, está incorporada al diccionario de la lengua española, “miembra” todavía no es aceptada y se la acusa de “chocar contra la gramática”. La forma de hablar además de reflejar la sociedad y un modo de entender el mundo implica para cada hablante una elección ideológica. Por ejemplo, decidir el artículo que se antepondrá a la palabra “travesti” conlleva una posición determinada relacionada con las ideas y las posturas políticas, así dirán “la travesti” quienes respetan la decisión de la persona a elegir su sexo, y dirán “el travesti” quienes no aceptan que un hombre puede querer ser mujer y ser nombrada como tal, argumentando que la gramática está antes que la libertad de decidir. El pedido de Cristina para ser nombrada como “presidenta” también generó polémica, aunque la palabra fue aceptada por la Academia hace años. En España, el debate fue más allá porque se intenta incorporar una palabra que no está incorporada al diccionario, aunque muchas palabras que hoy son de uso común en su momento también recibieron un fuerte rechazo.
Cristina además en sus discursos siempre intenta tener un gesto de inclusión hacia la mujer al hablar de "compañeros y compañeras" y de "argentinos y argentinas". Aído utilizó la palabra “miembra” durante un discurso en el Congreso y los pacatos del buen uso del lenguaje salieron a refutarla. La integrante de la Academia Ana María Matute, aseguró según señala El País: “Me parece increíble que una ministra tenga tan poco rigor, lo encuentro ridículo y negativo. La Academia no inventa es un notario”. Sin embargo, otras filólogas como Eulalia Lledó, defendieron la posición de la ministra Aído. “ La corrección en la lengua no es un valor absoluto, y no veo nada en contra de la corrección de la palabra miembra”, sostiene Lledó. Desde las organizaciones feministas se acusa a la Real Academia Española de mantener el machismo al estar conformada por hombres. El último escritor, Javier Marías, indicó que es “absurdo y dictatorial pretender que grupos como el feminismo pretendan o exijan que la RAE incorpore tal o cual palabra de su gusto o consagre el uso de cualquier disparate”. A pesar de la aceptación y el rechazo de los especialistas y los distintos hablantes, el lenguaje y su adaptación a la sociedad seguirá su curso, más allá de las polémicas.
Fuente:http://www.perfil.com/contenidos/2008/06/14/noticia_0014.html