lunes, 22 de septiembre de 2008

Infidelidad pactada: códigos de la pareja actual


Sostienen la relación con ciertos acuerdos de libertad, implícitos o explícitos. Conozca de qué se trata la nueva tendencia amorosa.
Por Lorena Tapia Garzon
“¿Sos MBA?”, pregunta un hombre de traje en un conocido after office. “Sí”, responde ella, sabiendo que él también lo es. No hablan de sus estudios, a pesar de que las siglas, en inglés, son conocidas por su referencia a los postgrados de Administración de Negocios (Master in Business Administration ). Hablan, sí, de su condición de “Casados, pero disponibles” ( Maried but available, en inglés).
Se trata de un nuevo código que utilizan los infieles en su táctica para conseguir relaciones casuales, que empezó a utilizarse en Estados Unidos, pero de a poco fue difundiéndose en Latinoamérica. Los códigos son tan pactados como las mismísimas infidelidades, una tendencia que crece cada vez más en las parejas.
¿Infidelidad pactada? Sí, pactada: la pareja acuerda que ambos tienen permitido uno que otro desliz amoroso. Y desde allí, dicen, sostienen su relación de amor, pero de libertad al mismo tiempo. A veces el acuerdo es directo y hasta charlado. Otras se mantienen en silencio, pero tanto uno como el otro sabe y acepta las reglas del juego.
“Nunca nos contamos las infidelidades, pero ambos sabemos que somos infieles. Ni siquiera lo escondemos, simplemente no lo decimos. Es un pacto de silencio y aceptación al mismo tiempo”, cuenta, de lo más relajada, Jimena, una licenciada en Letras de 29 años que lleva dos años casada.
Algo parecido cuenta Sergio, un abogado de 35. “Con mi mujer tenemos establecidos los miércoles como noche de solteros. Cada uno, al salir de su trabajo, sale con amigos, a algún after office. Eso sí, ni yo ni ella invadimos el circuito del otro. Ella sabe que yo voy a andar por el centro, y no puede venir acá. Yo sé que ella anda en Palermo, y yo no puedo ir para allá”, relata. Y si bien dice que nunca hablaron de infidelidades, él supone que ella sabe que él tiene sus aventuras, pero evita pensar en la posibilidad de que ella también las tenga. “Por eso, mejor, ni preguntar”, dice entre risas.
Según el psiquiatra y psicoanalista Pedro Horvat, docente de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) y especialista en temas de sexualidad y pareja, “una infidelidad pactada no es infidelidad”, sino más bien “un acuerdo”. Y, como tal, “tiene sus propios límites”. “Todo lo que suceda fuera del acuerdo será considerado una infidelidad, aunque no se trate de que uno de ellos haya tenido una relación extramatrimonial”, explica el especialista.
Horvat destaca dos tipos de pactos que permite este tipo de deslices fuera de la pareja. “Hay un pacto que determina que haya ciertas conductas consentidas con condición de que no enterarse, y otro que determina que podés hacerlo, pero a cambio de contar lo que hiciste”, explica. Agrega, además, que “nunca el permiso es absoluto”, sino que “siempre hay un punto donde comienza la prohibición”. Y da un ejemplo: “Decir ‘hacé lo que quieras pero sin que me entere’, o decir ‘tené la aventura con quien quieras, menos con mi hermana’ es poner una prohibición, reforzar los límites”. Pero también puede significar “una fantasía de control; y pensar que en realidad el otro cree que me engaña, pero no me engaña, sino que yo se lo permito, y ejerzo el control”.
Según el especialista, “en todas las parejas hay cosas dichas y cosas que no se dicen”, al tiempo que en todas, también, “existen pactos”, ya sean conscientes o inconscientes. “ Las crisis de pareja son precisamente crisis de los pactos, ya sea porque ellos dejan de tener sentido o ya no son más soportados por los dos. Lo que sucede entonces es la ruptura de la pareja o la construcción de nuevos pactos. Unas pareja que crece es, en definitiva, la que va construyendo nuevos pactos”, concluye Horvat.

OPEN MIND o PERVERSO?: cocinero suizo que prepara comida con leche materna

El propietario de un restaurante para paladares exclusivos de un hotel de Suiza condimentará su creaciones culinarias con, al menos, un 75% de leche materna. El caso ya causó conmoción en Europa.
La polémica está servida desde que Hans Locher, el propietario del restaurante, decidió insertar anuncios en la prensa en los que buscaba mujeres donantes de leche materna, a las cuales se les recompensaría económicamente por ello. "Experimenté por primera vez con la leche materna cuando nació mi hijo", ha declarado el cocinero, "se pueden obtener comidas realmente deliciosas con ella". Las autoridades sanitarias suizas reaccionaron confusamente cuando los medios de comunicación dieron la noticia, pues aparentemente existe un agujero legal sobre el uso de leche materna para cocinar en locales comerciales. Los juristas no se ponen de acuerdo si se puede o no prohibir al dueño del restaurante poner en práctica su receta. "Los seres humanos no forman parte de la lista de especies de las que es legal obtener leche con fines comerciales, como la oveja o la vaca, pero tampoco está en la lista de las especies prohibidas, como monos y primates", puntualiza Rolf Etter, director del laboratorio de control de alimentos de Zurich.