miércoles, 30 de julio de 2008

Una voz en el teléfono

Enviado por el camarada Aetius
Hotel de Buenos Aires.
Tarde de invierno.
Llueve mansamente sobre las calles desiertas...
Un hombre después de comprobar que no hay fútbol en la tele y de haber agotado el frigobar, hojea distraidamente la Biblia que hay sobre la mesita de luz.
Parece animarse y descuelga el teléfono.... y ......
- Recepción.
- Buenas tardes, señorita. ¿Tienen horarios de aviones?
- Pues no, lo siento.
- No importa, gracias. Por cierto, ¡qué voz tan agradable tiene usted!, Me pregunto a qué hora termina su turno......
Sigue con toda su 'parla' y convence a la telefonista para que suba a su habitación. La telefonista sube y naturalmente terminan en la cama. Mientras disfrutan del segundo cigarrillo después del acto, la telefonista, con ojos risueños dice:
- ¡Quién me iba a decir a mi que iba a terminar en la cama contigo!. Si apenas nos conocemos....
- Pues yo lo sabía. Responde el tipo.
- ¡Que lo sabías! Y ¿Cómo?.
- Muy sencillo: está escrito en la Biblia.
- En la Biblia. ¡Qué me dices! ¿En qué capítulo? ¿En qué versículo?
- No, no, aquí en la contratapa, escrito con lapicera:
LA TELEFONISTA ES REPUTA.

Deportista del momento,Yelena Isinbayeva : ¿le darías?


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CUANDO ELLAS NECESITAN UNA BUENA P...: Conozca las alteraciones provocadas por la falta de sexo

¿Es cierto que las mujeres que no tienen relaciones satisfactorias se vuelven intratables? ¿Qué ocurre con los hombres? La opinión de los especialistas.
Existe una máxima que afirma que las mujeres que pasan una larga temporada sin tener sexo se vuelven malhumoradas, irritables, difíciles de tratar. Mito machista o realidad, esta versión está profundamente arraigada en la sociedad argentina. Quién no dijo o escuchó alguna vez decir que tal está " mal atendida ". Pero, ¿realmente la falta prolongada de sexo altera el carácter? ¿Resulta mucho más nocivo para las mujeres que para los hombres? En principio, los especialistas indican que lo más importante es dilucidar qué llevó a la persona al celibato. "Hay personas que no tienen relaciones por cuestiones políticas o religiosas. El problema se produce cuando alguien quiere, pero no encuentra con quién, eso es lo que genera mayor malestar", explica María Cristina Castillo, Psicoanalista y supervisora de Pareja y Familia en Centro Dos. Lo que ocurre, además, es que muchas veces aquello que culturalmente se postula como causa del malestar es en realidad una consecuencia. "Lo que malhumora no es no llegar al acto en sí sino no encontrar a la otra persona. Es eso lo que pone mal, porque una persona con características depresivas no lo es sólo porque no tiene sexo, sino porque hay una estructuración depresiva que le impide conectarse con el exterior", indica la especialista. "Lo de 'la malco' no es sólo un mito. Deberías darte una vuelta por mi trabajo y cruzar dos palabras con mi jefa", desafía Mariela, de 26 años y enfermera de profesión. "Cuando yo entré a trabajar, ella estaba de novia. Nos trataba a todos muy bien, sonreía, hacía chistes... Desde que se peleó con ese pobre hombre está sola. Eso fue hace unos diez meses. A partir de ese momento, está cada vez peor. Ahora, directamente, es intratable". De historias como la que cuenta Mariela está plagada la conversación de los argentinos. El problema pareciera ser, entonces, la falta de sexo y no la imposibilidad de relacionarse. El sexólogo Norberto Litvinoff no está de acuerdo. " Si pasa el tiempo y no tiene sexo es señal de que hay un problema" pero también es cierto que " para muchas personas el sexo no es obligatorio", explica. Por eso, lo importante en lo referente a los problemas sexuales es no generalizar. "Cuando hablamos de emociones, estamos desesperados por generar leyes que abarquen a todos los seres humanos, estamos a la pesca de leyes que operen en el mundo de la sexualidad como en el mundo de la física", enfatiza Litvinoff y da por tierra con la idea del mito. Adriana, de 42 años, está de acuerdo. "Mi carácter y mi estado de ánimo no dependen del tiempo que haya transcurrido desde la última vez que me acosté con alguien. Hubo relaciones que me volvieron desquiciada y largas temporadas en las que estuve sola y estaba hecha una seda", asegura. "Ese prejuicio parte del concepto machista de que ellos pueden 'calmarnos'. Es hora de que alguien les diga que muchas veces nos dejan más ansiosas que antes", dispara. Litvinoff explica que "cuando cogés el cuerpo se te llena de unas hormonas que se llaman endorfinas, que tienen la misma estructura que tiene la marihuana, o muy parecida, que produce felicidad. La vida sexual produce felicidad, la caricia, el abrazo, el mimo... para las personas sentirse amadas es importante". Para el sexólogo esa falta no es más nociva en mujeres que en hombres."Habrá alguna que está malhumorada porque no se la cogieron y habrá otras que están malhumoradas porque se las cogieron mal". Lo mismo ocurre con el hombre: " muchas de sus adicciones surgen de la falta de sexo con sus esposas. Algunas por el típico dolor de cabeza, y otras porque se abren de piernas pero no trasmiten nada. Entonces, en muchos casos sobreviene el malhumor". La psicóloga clínica y sexóloga Alcira Camilucci acuerda : " Los varones son más proclives al enojo. La falta de sexo, en general, puede producir irritabilidad". Frente a esta situación, el consejo es simple: "Si tiene ganas y no tiene sexo hoy en día la masturbación está más naturalizada. Es una opción". La licenciada Castillo cree que la diferencia en la estructura psíquica de hombres y mujeres es determinante. "Una mujer para acceder a un acto sexual requiere de un cuento de hadas. Un hombre no. Un hombre quiere, y si pasa mucho tiempo sin tener sexo no se lo tilda de malhumorado, se lo acusa de masturbarse mucho".
*Redactores de Perfil.com.