domingo, 14 de septiembre de 2008

Diego Capusotto: “Si me tocaran a Bombita, no haría el programa”


Vuelve con sus sketches y videos de rock a la pantalla del canal oficial, al que defiende. Afirma que no le interesan como espectador, ni Telefe ni Canal 13. Asegura que hay poco espacio para los programas de humor.
Por Majo García Moreno
En la esquina de Montes de Oca y California está el bar El Progreso, escenario del encuentro que hace las veces de búnker del actor. “Acá hay como un olor a viejo, una esencia que se mantuvo. Conserva algo de antaño que me gusta”, dice Diego Capusotto mientras toma un café.
—¿Sos nostálgico?
—No. No estoy mirando para atrás. Me reconozco en el pasado porque uno vive de eso, es parte de mi historia, pero no me hace mal recordar. Lo que está pasando me parece interesante, entonces, cuando recuerdo, lo hago con cierto placer; algunas cosas no, lógicamente, pero es parte de la historia de uno. A veces, hoy uno acciona a partir de cosas que le pasaron hace muchos años.
A punto de volver el lunes 22 con “la segunda parte de la cuarta temporada de Peter Capusotto y sus videos" y con varios personajes que se convirtieron en arquetipos que reúnen a miles de seguidores en YouTube, el humorista asegura que tiene ganas de hacer teatro y seguir con el ciclo el año que viene si se le ocurren nuevas ideas.
De chico estudió teatro y fue en la primera improvisación cuando le salió algo “naturalmente ligado a la comicidad” y vio que sus compañeros, a los que no conocía, se rieron. “Ahí me di cuenta de que podía estar arriba de un escenario y hacer reír a un desconocido”, asegura el actor que dice divertirse con Fontova y Daniel Aráoz y respetar a Antonio Gasalla y a Enrique Pinti.
—¿De chico te sentiste alguna vez como tu personaje Juan Carlos Pelotudo, intentando sacar una canción de rock?
—Me siento muchas veces un pelotudo y la adolescencia es sentir que uno tiene épica siendo un pelotudo. En realidad yo el único instrumento que toqué por intuición y oído fue la batería. Después me puse a estudiar hasta que me di cuenta de que no era algo que amara lo suficiente como para dedicarme. Pero me he descubierto haciendo de guitarrista, de cantante, y son situaciones en las que probablemente después uno se ve un poco pelotudo. Eso de sentirse Robert Plant en la habitación de tu casa; esas cosas de chico me pasaron aunque en ese momento no pensaba que era un pelotudo, era lo que quería hacer.
—Un nostálgico es Bombita Rodríguez, el Palito Ortega montonero; ¿extrañás esa etapa de lucha?
—En los 70 yo era muy joven, tenía 12 años pero todo ese transcurrir, esa construcción política de la época era muy cotidiana. Todas las organizaciones, inclusive muchas de ellas que entraron en las armas, eran antes organizaciones políticas. Estaban al lado de uno todo el tiempo, eran aceptadas por la gente y después la dictadura se encargó de demonizarlas. Gran parte de la población se dio cuenta más tarde que los forajidos eran los que en ese momento estaban gobernando.
Yo era chico, vengo de una familia peronista, estaba muy presente la posible vuelta de Perón. Hacíamos pintadas, repartíamos volantes. Me he agarrado a piñas con un pibe de enfrente de mi casa que era del socialismo democrático porque yo había puesto una pintada. Eso no es casual, había Bombitas por todos lados.
—¿Creés que alguien se puede sentir ofendido por el personaje?
—Nooo. Me ha pasado de gente que tiene un vínculo de simpatía con él porque de alguna manera son personajes que han sido demonizados por la sociedad, por el terrorismo de Estado y hoy puede ser traído a la ficción porque tanto Pedro (Saborido) como yo tenemos recuerdos de eso. Es la mirada de alguien que tiene 47 años y vivió en la adolescencia esa efervescencia y la posibilidad de un país distinto.
—Se decía que el programa volvía sin Bombita...
—No, no. Eso es una especie de campaña de gente que ve stanilismo en todos lados. Puede haber molestado a alguien el personaje pero nunca nadie me dijo que no se hacía más. Si el programa vuelve sin ese personaje yo no lo hago más.
—¿Alguna vez te autocensuraste con ciertos temas?
—No. Me parece que uno tiene cuidado con las cosas que cuenta con un lenguaje humorístico que te causa o no te causa gracia. Esa es la medida de que algo pueda salir o no. Uno está todo el tiempo riéndose de la tragedia, del sinsentido de la existencia, de la desolación.
El programa se explica sólo cuando se ve. Dejamos sentada nuestra posición frente a lo que nos rodea, tomando como excusa el tema del rock.
—Y siempre desde la parodia…
—Lógico, la ficcionalidad no es más que la deformación de esto palpable y real que uno vive todos los días. La convención se esconde detrás de eso, quizás eso sea más lo real, lo que está sucediendo detrás de toda esa mascarada.
—Es un poco lo que pasa con el personaje de Emo...
—Y, sí, yo estoy ajeno en realidad a todo eso, estoy lejos de la adolescencia. En muchos casos son poses casi gimnásticas, que puede ser mover el pelito y en otras están sustentadas ideológicamente. Yo me acuerdo de que cuando era chico eran los rockeros contra los chetos, yo obviamente era rockero.
—¿Faltan humoristas o faltan espacios?
—El humor se concentró hoy en todos lados, en noticieros, en que hoy la figura cómica capaz sea Belén Francese diciendo rimas. Si Jelinek ahora o antes Matías Alé, o Iliana Calabró están en un programa de 30 puntos de rating y son los que causan risa, está bien. Lo que tiene poco espacio es el programa de humor. Es muy caro y nadie apuesta a tener un elenco de diez personas, con decorados, con exteriores. Hoy se pueden instalar personajes que reemplazan al cómico de antaño.
—Pipo Cipolatti cantaba “Los Twist, Gardel y Perón”, lo tuyo sería Racing, Perón y…
—Sería Hendrix, Racing y Eva Perón.
"Se viene el duhaldismo rural y hay que estar atentos”
Por cuarto año consecutivo, Diego Capusotto tiene un lugar en la televisión pública para su programa.
—¿Sentís que podrías hacer el mismo ciclo en otro canal que no sea el 7?
—Se puede hacer pero no sé si con las mismas condiciones. Capaz que hay un mito con eso de que si vas a un canal grande, te van a presionar. No sé si es tan así, pero sé que la mirada que tienen el 13 o el 11 va a ser distinta, van a estar más arriba del programa, van a estar fijándose cuánto midió y algún boludo va a venir con lo del minuto a minuto y yo ahí lo saco a patadas y eso no ocurre con Canal 7.
—¿Sos un militante de la televisión estatal?
—No, pero me parece que estoy en el canal más interesante. Al no tener a nadie con quien negociar ni que te diga si va a salir esto o no, tenemos un lugar de cierta comodidad que debemos aprovechar. Es una elección para nosotros estar donde estamos para que el programa salga como sale. Mirá lo que logró el ciclo en Canal 7 con supuestamente tres puntos de rating. ¿Para qué más? A vos, como espectador, hay programas que te pueden gustar o no, pero a las 22 dan Al Colón y ¿qué pretensión comercial tiene eso? A las 12 de la noche hay un programa de cine donde yo vi Juana de Arco con Antonin Artaud. A mí, como espectador, me interesa más eso que ver lo que discuten en los otros canales.
Capusotto habla con tanto énfasis de la televisión como de política y le gusta generar polémica, por lo que advierte: “Voy a decir una cosa para que se genere un debate. Se viene el duhaldismo rural y hay que estar atentos”. Así, deja sentada su posición frente al conflicto que enfrentó al Gobierno con el campo durante más de tres meses y que aún sigue sin resolverse.
“La población no entendió que el tema era por plata y que el Ejecutivo se habrá equivocado en el manejo pero en realidad, no fue una disputa entre el Gobierno y el campo como si el campo fuera un comedor escolar que le están sacando la plata. Se unieron muchos que después se matarán entre ellos como corresponde y como es la historia de nuestro país, donde la oposición no trabaja en el bien común sino en desgastar lo que está impuesto, lo oficial”, afirma.
Fuente:http://www.diarioperfil.com.ar/edimp/0295/articulo.php?art=9844&ed=0295

No hay comentarios.: